En Mentalis, la sesión psicoterapéutica individual dura alrededor de 1 hora, aunque puede haber situaciones en las que la sesión se alargue por necesidad del propio proceso. De todos modos este criterio es variable, dependiendo de factores tales como el formato de intervención (por ejemplo, las sesiones de pareja, familiares y grupales acostumbran a ser más extensas y se pueden alargar hasta 1hora y 30 minutos) o la dinámica de la propia sesión.

Una terapia no necesariamente tiene que ser larga. La psicoterapia es un proceso y su duración depende de cada caso concreto, atendiendo a variables tales como el problema concreto a tratar, estructura de personalidad, habilidad terapéutica, resistencia al cambio por parte del paciente, factores externos... De todos modos, a nivel orientativo, una terapia cognitivo-conductual suele durar una media de entre 3 y 6 meses, haciendo sesiones semanales de 1 hora, aproximadamente. En cambio, en un proceso de análisis personal planteado desde un enfoque psicoanalítico, éste puede durar semanas o años, en función del nivel de autoconocimiento al que quiera llegar el propio cliente, aunque en este caso ya no estamos hablando propiamente de psicoterapia sino de un proceso de autoconocimiento personal.

Desde Mentalis intentamos que la atenció psicológica está al alcance de la mayoría de la población, y para ello hemos elaborado un plan de tarifas lo más ajustado y asequible posible. Obviamente supone un esfuerzo económico pero para nosotros es importante que la población no desatienda su salud psicológica. En Mentalis la sesión individual tiene un coste de 45€ semanales y, por ende, 180€ mensuales.

Cualquier cuestión de índole psicológica es tratable por un psicólogo. Aún así, hay una serie de indicadores a tener en cuenta ya que nos alertan de que algo no funciona como es debido en lo que a salud mental se refiere: 

-Aparición de problemas que descontrolamos y que afectan a nuestra vida diaria (la falta de ánimo impide salir a alguien de casa, por ejemplo).

-Cuando aparecen somatizaciones (dolores estomacales recurrentes coincidentes con un período de estrés laboral, por ejemplo).

-Descontrol o labilidad emocional (lloramos descontroladamente, de manera súbita sin ningún motivo aparente, por ejemplo).

-Momentos en la vida en la que uno se ve incapaz de afrontar los problemas de su vida (estar desesperado por no saber como mejorar la relación con su hija adolescente, por ejemplo).

-Recurrencia de pensamientos negativos y pérdida de alegría.

-Pérdida de objetivos vitales y no tener ganas de vivir.

-Sentir y pensar que el mundo está en su contra (conflictividad continua).

-Agresividad descontrolada.

-Problemas para descansar y relajarse. 

Al margen de la psicoterapia clínica, en Mentalis trabajamos otros aspectos:

-Si desea adquirir y/o mejorar ciertas habilidades: comunicativas, sociales, asertivas, emocionales, hablar en público...

-Desea optimizar ciertos aspectos de su vida: mejorar rendimiento laboral, terapia motivacional para conseguir objetivos concretos...

-Desea realizar un análisis personal: adquirir un profundo conocimiento de sí mismo trabajando con su propia realidad psíquica.

-Sesiones preventivas: desea adoptar un hijo pero tiene dudas acerca de sus capacidades, por ejemplo.

-Desea asesoramiento sobre alguna cuestión puntual: por ejemplo, duda sobre ingresar o no a su padre, que necesita cuidado las 24 horas del día...

-Necesita un informe psicológico solicitado por un tercero.

-Desea recibir formación: adquirir técnicas y contenidos que puede utilizar a lo largo de su vida como recursos propios para hacer frente a las dificultades que vayan surgiendo.

Básicamente la psicoterapia es una especie de diálogo entre el psicólogo y el paciente, guiado por el psicólogo y originado a partir de una demanda o petición presentada por el paciente que requiere una resolución. Hay diferentes variables a tener en cuenta a la hora de decidir la elaboración y el diseño de una psicoterapia pero, a rasgos generales, podríamos decir que un prototipo de psicoterapia generada desde el marco cognitivo-conductual constaría de 4 fases:

     -Primera fase: Presentación de la demanda/problema, recogida de información y evaluación.

     -Segunda fase: Determinación hipótesis diagnósticas y establecimiento de objetivos a tratar.

     -Tercera fase: Tratamiento.

     -Cuarta fase: Fase de seguimiento.

Sobretodo hay que estar seguros que nos encontramos ante un profesional: licenciado en Psicología y colegiado en su respectivo Colegio Oficial. En caso de no ser así, usted debe saber que no está ante un psicólogo autorizado para ejercer la psicoterapia. Otros elementos a tener en cuenta son:

     -Un buen psicólogo debe estar periódicamente actualizado en lo que a su campo profesional le atañe.

     -Debe ceñir sus actuaciones a lo dispuesto en el código deontológico.

     -Debe ser éticamente responsable y respetar la confidencialidad de las sesiones.

     -Buena capacidad empática y de escucha, sin emitir juicios ni valoraciones personales.

     -Debe transmitir confianza y sinceridad, desde la neutralidad y objetividad de un profesional.

Es bastante habitual estar nervioso y/o asustado la primera vez que se acude a un psicólogo, igual que ocurre normalmente cuando tenemos que enfrentarnos ante una situación nueva y desconocida. Desde Mentalis pensamos que debe saber que si usted da ese primer paso ha hecho algo muy importante responsabilizándose de su propia salud mental. Este hecho ya es en sí mismo terapéutico. En este primer contacto es muy importante acoger al paciente y, poco a poco, infundirle la tranquilidad y confianza necesarias para crear el ambiente idoneo para trabajar de manera conjunta la problemática presentada.

Responsabilizarse de la propia salud mental es igual de importante que hacerlo de la salud orgánica, así que desde Mentalis animamos a todo aquél que lo necesite a perder la verguenza y el miedo y a normalizar el uso del psicólogo.

En todo caso la terapia le va a convertir, si usted lo desea, en alguien más feliz y con una mejor calidad de vida. Pero ni las terapias son mágicas ni los psicólogos somos magos; la clave está en descubrir sus mejores recursos y potenciarlos para así afrontar y superar los problemas que se le presentan y le hacen sufrir, venciendo así sus propias debilidades y limitaciones.

En la psicoterapia se descubrirá a sí mismo.

El tratamiento farmacológico en Mentalis es totalmente voluntario.

En este aspecto es importante saber que los psicólogos trabajamos con los contenidos mentales pero no somos médicos, aunque sí somos profesionales de la salud. Generalmente, si no existe ningún impedimento para trabajar con dichos contenidos para solventar la problemática planteada por parte del paciente, no es necesario ningún tratamiento farmacológico. En caso de que fuera necesario (brote psicótico, elevados niveles de ansiedad...) debe explicarse al paciente que sin la medicación el trabajo psicológico no es posible y, para ello, en Mentalis se ofrece la posibilidad de combinar la asistencia psicológica con la psiquiátrica, siempre en los casos necesarios y aconsejables y personalizando el tratamiento al máximo aumentando así su eficacia.

Por tanto, el tratamiento farmacológico es voluntario, aunque a veces es necesario para poder mejorar, y siempre debe estar supervisado y administrado por un médico (un psiquiatra en este caso).

Sobretodo es importante estar atento ante comportamientos desadaptativos y/o desajustados. Es decir, estar alerta ante conductas que eviten y/o dificulten un desarrollo dentro de los parámetros de la normalidad del día a día y que, a su vez, haga sufrir de algún modo al propio niño o adolescente y a todos aquellos que le rodean.

Es muy importante la observación de sus conductas y tener en cuenta tanto sus excesos como sus defectos.

El servicio de logopedia atiende todo lo relacionado con habla, comunicación y lenguaje, tanto en niños como en adultos.

La logopedia puede serme de utilidad:

   -Cuando hay dificultades de articulación de los sonidos, habla poco clara o infantilizada.

   -Cuando cuesta leer y/o escribir o la persona lee pero no retiene lo que ha leído.

   -Cuando tenemos afonías frecuentes o hay pólipos o nódulos en la cuerdas vocales.

   -Cuando el habla es poco fluída, nos atascamos y repetimos sílabas.

   -Cuando hay dificultades en la comunicación, en niños que parece que no escuchan, que no toman iniciativas para comunicarse, que responden cosas que parece que no tienen que ver con lo que se        está hablando.

   -Tras un accidente vascular cerebral (embolia, ictus...) para entrenar las funciones del lenguaje y el pensamiento que quedan afectadas.

   -Cuando hay mala colocación de los dientes ya que a menudo está relacionada con malos hábitos en la posición de la lengua, al tragar o en la respiración bucal. Estos hábitos pueden corregirse para        apoyar los resultados de la ortodoncia.